Muchas veces, el trabajo de los abogados fiscalistas se ve subestimado porque creemos que tenemos nuestras obligaciones fiscales bajo control. Esto lleva a que contactemos un equipo de expertos solo si aparece de repente una notificación de Hacienda o alguna irregularidad. Sin embargo, la mejor opción para ahorrar en impuestos, trámites y tiempo es la planificación fiscal.
Los abogados fiscalistas pueden ofrecer estrategias de gestión que permiten ahorrar y optimizar los gastos en tributación, siempre dentro del marco de la ley y con la garantía de obtener beneficios. A continuación, desde Viola Pérez, te contamos qué impuestos puedes optimizar con la ayuda de un abogado fiscalista.

Tabla de contenidos
¿Por qué contratar un abogado fiscalista?
El universo tributario puede ser complejo para personas que no se formaron en el área. Además, las actualizaciones y exigencias del sistema cambian constantemente. Por eso, contar con un equipo de expertos implica ahorrar tiempo, energía y dinero.
Entre declaraciones, deducciones, plazos, sanciones y muchos procedimientos técnicos, tú o tu empresa puede sentirse enredada. Lo bueno de contar con equipo de abogados fiscalistas es olvidarse de esa gestión para poder usar ese tiempo en hacer crecer a tu empresa, atender a tus clientes o simplemente descansar en que tus obligaciones fiscales están siendo cumplidas con prolijidad.
Un abogado fiscalista no busca que evadas impuestos, sino que encuentra las herramientas y beneficios dentro de la ley. Esto hace que puedas reducir tu carga fiscal de manera transparente.
¿Qué hace un abogado en derecho fiscal?
Un abogado en derecho fiscal se encarga de asesorar a personas físicas y empresas en todo lo que tenga que ver con los impuestos y las obligaciones fiscales.
Entre sus actividades principales, se destaca la planificación fiscal para optimizar cargas tributarias. A su vez, tiene la potestad de llevar a cabo la defensa frente a inspecciones o sanciones, la gestión de declaraciones y el diseño de estrategias legales para aprovechar deducciones y beneficios previstos en la ley.
En este sentido, un abogado fiscalista es un aliado primordial para la buena gestión de tus actividades.
A continuación te mostramos algunos impuestos que puedes optimizar con la ayuda de un equipo como el nuestro. Ten en cuenta que no son los únicos beneficios que puedes tener si haces una consulta con nosotros.
Impuestos que puedes optimizar con la ayuda de un abogado fiscalista
1. Impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF)
El IRPF es una de las grandes preocupaciones fiscales, ya sea para autónomos o para empresas. Se trata de una carga progresiva que depende de los ingresos y puede convertirse en un monto considerable.
Frente a esta obligación, un abogado fiscalista analiza tus deducciones personales y familiares para recomendar la mejor forma de declarar ingresos según tu actividad económica. Esto, dentro del marco de un plan de inversiones y gastos que generen beneficios fiscales.
Un ejemplo práctico: si trabajas como autónomo, el abogado fiscalista puede ayudarte a deducir ciertos gastos vinculados a tu actividad profesional. Teniendo en cuenta el alquiler de un despacho e incluso los materiales o herramientas que utilizas en la oficina. Lo que tú tienes en cuenta como un gasto mínimo, fijo o irrelevante, para un experto puede convertirse en una reducción legítima de tu base imponible.
2. Impuesto sobre sociedades
Para quienes gestionan una empresa, el impuesto sobre sociedades es uno de los terrenos más complejos. De hecho, sobre esta carga, es recomendable siempre consultar a un experto.
Un profesional en tu equipo evaluará si es posible y conviene aplicar regímenes especiales. A su vez, podrá orientar a la gestión empresarial sobre amortizaciones y provisiones. Y, como todo especialista, se encuentra al corriente sobre deducciones por I+D, formación o creación de empleo.
El trabajo del fiscalista va más allá de la contabilidad básica: diseña una estrategia que permite que la empresa crezca.
3. IVA (Impuesto al Valor Agregado)
Si bien es uno de los impuestos más conocidos y parece sencillo e incluso hasta irrelevante, se trata de una tasa llena de matices. Existen diferentes tipos de IVA, regímenes especiales y plazos que varían según el tipo de actividad.
En este punto, un abogado fiscalista puede determinar el régimen de IVA que mejor se adapta a tu negocio, para obtener el mayor beneficio. A su vez, se encarga de revisar facturas para evitar errores comunes que podrían terminar en inspecciones de Hacienda. Otra de sus tareas es detectar deducciones aplicadas erróneamente.
En la planificación fiscal se incluye, a su vez, la declaración de impuestos a término y sin errores.
4. Impuestos sobre el patrimonio y sucesiones
Un fiscalista puede señalar qué bienes están exentos o qué reducciones pueden aplicarse. En este punto, un profesional puede asesorarte sobre cómo planificar herencias y donaciones para reducir la carga tributaria de los herederos.
En este sentido, no se trata solo de aspectos económicos, sino también familiares.
Más que optimizar impuestos…
Un profesional que se encargue integralmente de la planificación fiscal también puede ayudarte con los impuestos de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, presentes en las transacciones de inmuebles o vehículos.
A su vez, te asesora con respecto a las retenciones e ingresos a cuenta, fundamentales si tienes personal contratado. Incluso con tributos locales como el IBI o el impuesto de circulación.
Las personas que se dedican a esto saben dónde y cómo aplicar bonificaciones poco conocidas que pueden ayudarte a optimizar tus impuestos.
Beneficios generales de contar con un abogado fiscalista
Más allá de los números, un abogado fiscalista ofrece algo esencial: tranquilidad. No se trata solo de pagar menos impuestos, sino de hacerlo correctamente.
Con una planificación fiscal a largo plazo, adaptada a tus metas personales o empresariales, podrás proyectar el crecimiento de tus actividades. Si piensas emprender, invertir o transmitir un patrimonio, contar con su asesoría desde el inicio puede ahorrarte muchos problemas futuros.
Optimizar impuestos no es una trampa ni un capricho: es una estrategia inteligente. Invertir en un abogado fiscalista es invertir en seguridad, planificación y, sobre todo, en paz mental. La mejor optimización no es solo en impuestos y dinero, es también la organización de tus tiempos y la garantía de tu tranquilidad. Con un estudio en el que cada abogado fiscalista es un experto, como Viola Pérez, tu planificación fiscal está en las mejores manos.